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EN PRIMERA PERSONA
nutos de movilidad y alegría a los
perros allí reunidos, a algunos los
verán por muchos años.
-¿Y se pasa el día aquí?
-Es muy bueno.
En 2016 el centro de Protección
Animal del Ayuntamiento de Madrid
acogió a 2.400 perros de los cuales
1.115 fueron adoptados y 900 de-
vueltos a sus dueños después de
haber sido adoptados.
Las adopciones de animales han
crecido en Madrid un 23 por ciento
con respecto a 2019 durante enero
y septiembre de 2020, los meses
centrales de la pandemia. Ojalá siga
incrementándose esa cifra y es que
esta situación nos ha traído días muy
duros en lo sanitario, en lo social, en
lo económico y en lo afectivo, pero
entre las ínfimas ventajas se nos ha
devuelto a las casas y nos ha ofreci-
do la posibilidad de cuidar animales
y ser cuidados.
Abril, antes de ser Abril, miraba y
saltaba al otro lado de los barrotes
sin dejarse intimidar por los abun-
dantes ladridos de sus vecinos de
celda, dos perros de gran tamaño a
izquierda y derecha competían por
acaparar mi atención pero ya era
tarde: él me había elegido y no ha- ACTITUD PROTECTORA
bía vuelta atrás… Tuve que esperar La vuelta a casa fue muy alegre. Me acordé de cuando tenía nueve años y mi
unos días puesto que el perro había padre apareció con Perla en casa, también llegaron en coche, una perra que
llegado con Chip al centro hacía ya me acompañó en mi niñez, mi sarampión, la selectividad, mi adolescencia, la
meses y había que seguir paso a universidad y mi primer trabajo en la radio hasta los 22 años de edad. Hoy, ya
paso lo que la ley marca. Llamar a sin mi padre, Abril entró en el coche, sentado en el suelo en la parte delantera
los propietarios en repetidas ocasio- del asiento del copiloto y se portó muy bien. Abril ahora atiende a mi llamada,
nes, mandarles una carta certificada
por correo y si después de todo eso me acompaña en mis horas de teletrabajo y me alegra los días mientras
no hay respuesta, publicarlo en el paseamos por Madrid Río. Aún se está adaptando al pienso y se sacude cuando
BOCAM. le echo colonia de perro. No le gusta el pan pero se relame de gusto por el
Otra veterinaria habló conmigo jamón serrano. Le gusta una perra pomerania que sale al parque a la misma
dentro de las instalaciones. Me en- hora que él.
trevistó y me emplazó a pedir cita. Ocupa mi esterilla de yoga. No ronca, respira fuerte. Duerme en la entrada de la
La siguiente vez que lo vi también casa, como si me protegiera, es el sitio que eligió para pasar las noches. A las
era sábado y se tiró a mis piernas siete y cinco de la mañana llora en la puerta de mi cuarto y sabe que después
sin desconfianza. Dentro del edificio del ruido de la cafetera viene el paseo. Le gustan los niños, se tira a por las
un cartel ya me advertía que la adop- palomas que hay en el río, le ladra a los patos. Se ha hecho amigo de uno de
ción cambiaría mi vida, pero en ese los conserjes y viene a comprar el pan cada mañana al Café de la Riviere, un
momento no sabía hasta qué punto. lugar dogfriendly con unas empanadillas insuperables. Ha mordido las zapatillas
El perro me fue entregado con las
vacunas y pruebas correspondien- de estar por casa, intuye cuándo me voy a ir a una reunión. Es como si me
tes. Rellené los formularios con la conociera de toda la vida. Abril llegó a mi vida en este mes y su nombre me
ayuda de Aída que me dio las pautas lo recuerda cada día desde entonces. Somos familia. Sólo después de una
sobre la comida y los cuidados, una adopción puedes entenderlo, solo después puedes decir desde la experiencia
atenta veterinaria. “Adopta, no compres”.
Nº 51 mayo 2021 LADRIDOS 21